Día del Trabajador

Ciencias Sociales y Humanas
Comunidad Kennedy
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30 abril, 2021

Primero de Mayo

El pequeño Larousse Ilustrado define: trabajar (del latín tripaliare) ocuparse en un ejercicio u obra. Trabajar para ganarse la vida. Sinonim. Laborar, producir. Pop. Bregar.

La sociedad disciplinaria se ha construido en base a este precepto, al trabajo como ejercicio disciplinario, y productivo que organiza la vida cotidiana. El fordismo y el toyotismo produjeron formas de trabajo disciplinario y cuerpos disciplinados pero a la vez, cuerpos y subjetividades resistentes. El trabajo fabril pautado en un tiempo-espacio productivo no ha desaparecido y coexiste, yuxtapuesto, con otras formas de trabajo: trabajos guiados por objetivos, trabajos autogestivos, trabajos asociativos y en red.

El bienio pandémico (2020-2021) ha modificado considerablemente nuestra forma de trabajar. Un informe de hace apenas dos años sobre el futuro del trabajo en América Latina (Dirksen, 2019), si bien pondera variables vigentes como informalidad, precariedad y tecnología, ha quedado obsoleto en otros aspectos. A pesar de los avances existentes en términos de equidad de género, no considera la crisis del cuidado y el retroceso que implica para las mujeres el ASPO y el DISPO que ponen en riesgo la continuidad de sus propios trabajos.

En este último año, hemos atravesado las barreras del sonido en lo que a trabajo virtual respecta. En muchos casos, la virtualidad posibilita la comunicación entre personas de latitudes y culturas diversas, propiciando intercambios y aprendizajes significativos. Sin embargo, el trabajo tal como lo conocíamos, está en riesgo de extinción. Se abren nuevas posibilidades pero a su vez, aumenta la competencia y la incertidumbre.

El trabajo, en su concepción más primigenia, está vinculado con el proceso de hominización, de volvernos humanos, de transformar la naturaleza, que al transformarla, nos transforma a nosotros mismos. Esta concepción refiere al trabajo no alienado, es decir, al trabajo cuyo resultado final nos pertenece o podemos aprehender de alguna forma y reconocer (nos) en él. Las historias de las luchas obreras no han sido en vano. Hoy celebramos el primero de mayo a 135 años de que los mártires de Chicago perdieran su vida por la jornada laboral de 8 horas. Las relaciones laborales están en franca transformación ya que las condiciones de producción, circulación y materialización están en proceso de transmutación con implicancias aún no mensuradas. Por lo cual, es menester repensar el trabajo del futuro y el futuro del trabajo.

Un hecho concreto marca el último año: hemos pasado decididamente del trabajo como rutina al trabajo como compromiso. Y este hecho debe ser resaltado. En particular entre quienes trabajamos en educación, desde diversos roles, como docentes o no docentes, como autoridades académicas o administrativas, como personal técnico o de apoyo, cuyo esfuerzo, muchas veces invisible o intangible, está dedicado a bregar por la formación sólida y flexible de futuros profesionales en un mundo impredecible.

Dra. María José Nacci

Decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas

Universidad J.F. Kennedy