Desde el 2001 por iniciativa de UNESCO se celebra el Día de la Ciencia por la Paz y el Desarrollo.
¿Pero qué entendemos por ciencia y por qué se vincula con la paz y el desarrollo humano?
Cuando buscamos en el oráculo contemporáneo llamado Google la palabra ciencia, la primera definición que cita es la del diccionario del Oxford languages que reza en una acepción: “Nombre genérico de las distintas ramas del saber humano, en especial las que tienen el mundo natural o físico o la tecnología como materia de estudio. Arte y ciencia”.
Sin embargo, cuando emprendemos cualquier proyecto de investigación, una de las actividades indispensables para su armado es la reconstrucción del llamado “estado del arte“. ¿Y qué es el estado del arte? Ni más ni menos que todo lo que se pensó, se produjo y se publicó al respecto en cualquier parte del mundo en todas las épocas. Es decir, es el acervo humano en su totalidad sobre una temática. Allí no hay limitaciones geográficas, históricas o temporales. Es toda la humanidad construyendo un mundo de conocimiento, ladrillo por ladrillo, en diversas épocas. Algo así como todos los materiales existentes sobre una temática o problemática en la gran biblioteca del conocimiento universal incluidos textos, fotografías, ensayos clínicos, entrevistas, teorías, debates, controversias y conclusiones sobre prácticas en casi todas las facetas del quehacer humano.
La cooperación internacional, por ende, es menester para el desarrollo del conocimiento científico y el avance de la ciencia. Por eso, por ejemplo, una tesis doctoral supone dar un paso más en el nivel de conocimiento universal. Una suerte de utopía de construcción colectiva universal que, a pesar de múltiples contradicciones humanas, se logra desarrollar.
Este año, el Premio Nobel de Economía se adjudicó a Claudia Goldin, una investigadora de Harvard que aborda con sus equipos la inequidad laboral y la brecha de género. Ha analizado a través de documentos más de doscientos años de historia sobre las condiciones laborales de las mujeres atravesadas por múltiples factoresꓼ migración, educación, tareas de cuidado y planificación familiar dándole sustento científico a la búsqueda de equidad universal.
En las universidades, trabajamos precisamente para avanzar en los estados del arte y dar un paso más en el nivel del conocimiento, es decir, avanzar hacia la utopía del conocimiento universal, por eso nos llamamos universidad. Por ende, en épocas en las cuales las guerras, ese flagelo inconmensurable que debe erradicarse definitivamente, vuelven a multiplicarse, la ciencia debe ser más que nunca un aliento genuino y un verdadero sendero de paz. Como decía Pascacio Moreno, el famoso perito que estableció los límites del sur argentino, la ciencia es aquello que debe darle aliento al espíritu humano para que se desarrolle.
Dra. María José Nacci
Decana de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Universidad Argentina John F. Kennedy
