En el año 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 30 de julio como el día mundial contra la trata. La idea del cuerpo apuntó a generar conciencia en la comunidad internacional acerca de la gran cantidad de personas que sufren este flagelo que, hay que repetirlo hasta el cansancio, cosifica a las personas. Por lo tanto niega los derechos humanos básicos y equivale en la práctica a la negación del sujeto de derechos.
En otras palabras, la trata de personas, en sus diversas variantes, es siempre explotación. Supone la objetualización para la extracción de algún beneficio en base a relaciones de poder asimétricas en términos económicos, políticos y simbólicos.
El fenómeno, que socava las bases de la república democrática que contempla la Constitución Nacional, es motivo de preocupación permanente del Observatorio Social Republicano de la Universidad Argentina John F. Kennedy.
En efecto si bien todos los estados están afectados por la trata ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas, en el caso particular del nuestro, hay una fertilidad especial derivada de los problemas que afectan la cohesión del cuerpo político producto de la fragmentación social, tal como muestran las cifras que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
Por todo ello, es imperativo redoblar los esfuerzos ciudadanos para denunciar ante las autoridades las situaciones de trata y trabajar colectivamente para construir instituciones fuertes capaces de prevenir y castigar la trata para hacer efectiva la promesa del preámbulo de la constitución, que habla de una tierra de libertad para “todos los hombres del mundo”.
Dr. Federico Delgado, Director del Observatorio Social Republicano
Universidad Argentina John F. Kennedy
