Aportes para la reflexión

Noticias
24 marzo, 2020

La Humanidad transita por una experiencia única: los ciclones, los terremotos, los tifones, las sequías, las inundaciones, los incendios, incluso las guerras suelen ser localizadas. Aquel que no las ha vivido tiene información de lo que ocurre, pero es un evento que le pasa a otro.

En estos tiempos la realidad ha superado esos eventos que son lejanos para que surja un “enemigo invisible” que atraviesa a todos: el COVID-19.

Es lógico que muchas personas se sientan amenazadas por una realidad desconocida y manifiesten temor y miedo al contagio, angustia y ansiedad. Estas emociones no son ni buenas ni malas, solo señales de alarma. Atentos a que ese miedo no se instale y que nos lleve a actuar de forma equivocada, interfiriendo en la capacidad de gestionar la situación con eficacia y ejecutividad, ya que no solo nos afectaría, sino que además puede afectar a otros.

La constante información que recibimos puede operar tanto como disparador ejecutivo (anticipar las consecuencias, tomar decisiones que posibiliten el cuidarnos y cuidar de los otros, planificar acciones acordes a la pandemia, etc.) como de inhibidor de conductas asertivas por la saturación de sobreinformación. No estemos “prendidos” a la pantalla.

Es muy probable que, en estas semanas y en especial con las medidas de aislamiento obligatorio, muchos sientan que está coartada la libertad de decisión, que otros eligen por nosotros, pero en esa elección está como prioridad la vida.

Templanza, fortaleza y sabiduría nos convoca e interpela a toda la comunidad. Son tiempos de reflexión, de continuar desde casa con las actividades que nos posibilitarán, pasada la crisis, concretar nuestros sueños y planes futuros. Solo y solo si nos quedamos en casa y tomamos las medidas que recomiendan los expertos en Salud Pública.

¡Sigamos trabajando desde nuestros pequeños espacios por un futuro mejor!

Dra. Alicia Risueño
Doctora en Psicología
Universidad Kennedy