Historias que inspiran

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27 abril, 2022

Compartimos con toda nuestra comunidad, una nueva historia que no sólo inspira, sino que nos llena de orgullo.

 

Mi nombre es Gustavo Pablo Alejandro Díaz, soy el menor de 4 hermanos. Nací en Mar del Plata (mi lugar en el mundo) y vivo hace ya 16 años en Paraná (E. Ríos). Mi Madre es Lic. en Trabajo Social, posgraduada en formación docente. Mi Padre es Militar, Veterano de Guerra de Malvinas.

Me gusta mucho leer novelas de suspense psicológico, mi escritor favorito es John Katzenbach, soy fanático de la música electrónica.

Egresé de la escuela secundaria en el año 2008, con el título de Bachiller Administrativo-Contable, decidí continuar mis estudios en la Universidad Pública en la provincia de Santa Fe.

Transité mis dos primeros años sin dificultades, llevando la carrera al día, aún con el escenario desfavorable de que las clases eran muy pocas (entre paros, ausencias de docentes y corte del campo).

En tercer año tuve dudas respecto a la carrera que había elegido, sumado al cansancio de viajar a la provincia vecina, ambas situaciones fueron determinantes para que decida interrumpir mis estudios.

Comencé a conectarme con lo que me hacía muy feliz: bailar y dar clases de fitness grupal, dando 7 clases por día.

En el 2011 decido retomar mis estudios de Abogacía, tenía que rendir coloquios parciales para que me reconozcan las materias que ya había rendido por final oral con mesa de tres Abogados. Esto me desanimó aún mucho más y el sueño de ser profesional, una vez más se veía muy lejano. Seguí trabajando en el mundo del fitness y me puse mi estudio de Pilates y Rehabilitación, del cual soy dueño (STUDIO ASPEN PILATES), y empecé a perfeccionarme para ser capacitador.

Viajé a Canadá y me formé profesionalmente en Ciencias Biomecánicas y Pilates, representé a las mejores escuelas de formación en el Método Pilates hasta el 2018.

En el 2014 ingreso a trabajar en IOSFA (Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad) como administrativo-contratado, ahora soy parte del Equipo Interdisciplinario de Discapacidad y Adultos Mayores (ya abogado desde el 22-12-2021:D)

En el 2019 decidí retomar nuevamente la carrera de Abogacía, me inscribí en una Facultad privada de mi provincia, la cual podría costear con mis ingresos, me anoté y al tener muchas materias teológicas me informaron que debería hacer la carrera sin poder adelantar materias y que me reconocerían solo 2 de las 16 que tenía aprobadas… esta vez decidí continuar, con mucha desilusión nuevamente.

Finales del año del 2019, comienzo el sueño posible gracias a la Comunidad KENNEDY, conocí a un Profesor que daba clases en esta Universidad. Víctor Roberts, en un curso de INAP que brindaba la institución en la cual trabajo: “Ética del Empleado Público”, el nombre KENNEDY quedó en mi mente, empecé a indagar sobre la Universidad y vi que tenía la Lic. en Trabajo Social a distancia… y ahora viene la mejor parte, me seguís leyendo?

Comencé a cursar la Lic. En Trabajo Social en la UK y decidí pasarme a distancia también a la carrera de Abogacía, luego de comunicarme con la Dra. Spataro un domingo 3 de mayo a las 15.40 hs., quien luego de haberle enviado mi analítico de Abogacía decidió reconocer mi esfuerzo y reconocerme las 17 materias que ya había rendido… al fin alguien valoró no solo el conocimiento que ya tenía, sino que también toda la historia de vida (sin conocerla) y de frustraciones que ya traía de años y experiencias anteriores (claro la Dra. Spataro no lo sabía).

A lo largo de mi camino en esta Universidad encontré formas de acercarme con paso firme y con fe hacia mi sueño de ser profesional.

Encontré un Equipo Humano de trabajo, porque así es la Comunidad Kennedy, están todos preparados para luchar por tu (mi) sueño, desde el personal administrativo hasta los directivos (que están a la distancia de un e-mail). Casi siempre, en todas las Universidades la burocracia institucional hace que uno nunca pueda acceder a las autoridades.

Encontré CIENCIA, EMOCIÓN y TECNOLOGÍA puestas al servicio de nosotros, los alumnos.

El año 2020, plena pandemia, era muy prometedor desde lo académico, conocí un sistema de enseñanza-aprendizaje innovador, claro, pero sobre todo un sistema que te acompaña en tiempo real. Mediados de año mi papá tuvo un problema de salud grave, por lo que durante un mes el hospital era mi segunda, todavía tengo esos recuerdos de estar con la compu a su lado, entregando actividades, foros, estudiando, claro está que, si no me hubiera pasado a esta Universidad y a distancia, otro intento más de ser profesional del Derecho habría sido truncado (por el contexto sanitario y por el dolor que me generaría “fracasar una vez más”).

Ante el adverso escenario familiar, sumado al contexto sanitario complejo y cambiante, pero con el apoyo de la Universidad, pude seguir adelante.

Finalmente, quiero transmitir a quien decida dar sus primeros pasos por esta Universidad, o a quien esté pensando en abandonar, por los motivos que la vida les dé, que no lo hagan, que se animen a empezar o a seguir, porque la comunidad KENNEDY tiene un lugar para alojarte, para crear ese espacio de aire libre necesario para que puedas desplegar tus alas “… y echarte a volar”.

El 22-12-2021 egresé de la carrera de Abogacía, y este año estoy cursando el último de la Licenciatura en Trabajo Social; si hablamos de sueños cumplidos, estamos hablando de la Universidad Kennedy.

Los sueños están para cumplirse, pero también para contarse.