Lisandro Montero es Coordinador de la Tecnicatura Universitaria en Organización de Eventos de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
¿Cómo te presentás profesionalmente y cuál ha sido tu vínculo con la Universidad Kennedy?
Mi nombre es Lisandro Montero y hace casi nueve años que soy docente en la Universidad Kennedy. Esta institución no solo me formó académicamente en Relaciones Públicas, sino que me brindó herramientas clave para analizar la dinámica de la interacción social y comprender el impacto real que se puede lograr cuando las marcas y organizaciones dialogan con sus públicos con la intención genuina de construir vínculos duraderos. Hoy tengo el orgullo de coordinar la Tecnicatura Universitaria en Organización de Eventos, además de continuar mi labor docente en dicha Tecnicatura Universitaria y en la Licenciatura en Relaciones Públicas.
¿Cómo fue tu camino hasta convertirte en oficial de las Fuerzas Armadas con formación en Relaciones Públicas?
Mi relación con las Fuerzas Armadas comenzó en 2003, cuando la Armada Argentina abrió por primera vez un concurso público para incorporar licenciados en Relaciones Públicas como oficiales profesionales. Aquella incorporación me permitió acercar la disciplina al ámbito castrense de nuestro país, con la impronta de nuestra Universidad.
¿Qué tareas desarrollaste en tu carrera militar en relación con tu formación en comunicación?
Desde mi incorporación, trabajé en la Secretaría General de la Armada con base en el Edificio Libertad y desempeñé funciones a bordo de distintos buques, además de asistir a autoridades en diferentes regiones de nuestro país. Hoy soy jefe de Relaciones Públicas y Ceremonial y Protocolo del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
¿Cómo surgió tu participación en la Campaña Antártica de Verano 2024 – 2025?
La campaña antártica está bajo el control operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y, desde la Secretaría General de ese Estado Mayor, fui propuesto para cubrir la segunda etapa a bordo del Rompehielos ARA “Almirante Irizar” y dedicarme a tareas vinculadas a la comunicación. Abordadas, éstas, desde la gestión de prensa y difusión, organización de ceremonias y fortalecimiento de vínculos institucionales. Mi participación se extendió desde el 28 de enero al 18 de marzo de este año.
¿Qué tipo de investigaciones científicas se realizan en la Antártida y cómo acompañaste ese trabajo desde tu rol?
El rompehielos traslada científicos y profesionales de distintas instituciones, y durante esta etapa se realizaron tareas científicas, reaprovisionamiento y relevos de personal en bases como Belgrano 2, Orcadas y Marambio, entre otras.
A bordo del rompehielos, tuve la posibilidad de conocer de cerca la enorme variedad de proyectos científicos que se desarrollan en la Antártida. Desde estudios de ecosistemas y recursos marinos, hasta investigaciones sobre radiación cósmica, sismología, geomagnetismo, microplásticos y actividad volcánica, entre muchos otros.
Participar de esta segunda etapa fue muy gratificante. Y podría decir que mi tarea tuvo dos aristas: por un lado, asistir al grupo de científicos en su bienestar, con el objetivo de articular y/o mantener la percepción positiva de la imagen de la organización en un entorno exigente; y por otro, colaborar con la dinámica del buque. Una dinámica en la que cada miembro de la tripulación cumple un rol específico y éste se encuentra ajustado a un régimen de guardias muy riguroso.
¿Qué otras tareas desarrollaste durante la campaña?
Con el objetivo de actualizar nuestros bancos de imágenes y documentar los aspectos más relevantes de cada Base visitada, me ocupé de registrar cada instancia mediante crónicas y relevos fotográficos. Además de asistir en protocolo y la organización de distintas ceremonias que se desarrollaron a bordo y en la Base Orcadas.
Afortunadamente, pude combinar estas tareas con mi actividad docente en la Universidad Kennedy, tanto en la Licenciatura en Relaciones Públicas como en la Tecnicatura en Organización de Eventos. Fue una experiencia de integración muy valiosa, entre lo profesional y lo académico. De hecho, el 18 de febrero participé en un encuentro sincrónico con estudiantes ingresantes de la Tecnicatura en Organización de Eventos.
Me encontraba cerca de la Base Belgrano 2 y a la hora establecida, conectamos. Encendimos nuestras cámaras y me encontré con ingresantes en un espacio académico desde la Antártida. Fue un IVU distinto. Fue una hora que estuve en mi Universidad desde la sala de comunicaciones del Rompehielos, navegando en la Antártida. Que, confieso, me llenó de orgullo.
¿Qué papel desempeñó la Universidad Kennedy en tu formación y desarrollo profesional?
La propuesta académica de la Universidad Kennedy, en consonancia con sus propósitos fundacionales, tiene una fuerte ligazón con la psicología y la sociología. Y, para quienes nos formamos en alguna de las áreas de las comunicaciones corporativas, ambas disciplinas son fundamentales. Analizar las relaciones humanas desde el impacto de las acciones que las moldean, adquiere resultados diferenciales cuando el foco está puesto en la afectación de la persona y sus consecuencias, y no en la rentabilidad de tal o cual acción. De hecho, la “rentabilidad” en términos de percepciones positivas de imagen, es mucho más valiosa que la económica.
Bajo esta influencia transité mis estudios, descubriendo, tiempo después, que en todas mis decisiones profesionales confluían conceptos y contenidos propios de las relaciones públicas, del protocolo y de la organización de eventos. Disciplinas que centran sus esfuerzos en lograr escenarios en los que todas las decisiones impactan directamente en las percepciones y, consecuentemente, en la calidad de los vínculos.
La Universidad fomentó en mí el pensamiento crítico y la importancia de la ética profesional, proveyéndome herramientas para desempeñarme con confianza sabiendo que se aprende día a día y de todos quienes nos rodean.
¿De qué manera creés que tu experiencia Antártica refleja el alcance que pueden tener las relaciones públicas y la organización de eventos para tus estudiantes?
Mi experiencia antártica se da desde un cargo que ocupo en el ámbito público, como miembro de una Fuerza Armada dedicado a atender asuntos en los que me es frecuente interactuar con funcionarios de los más diversos organismos, en situaciones habituales y otras no tanto.
Esta experiencia visibiliza la labor de relaciones públicas y organización de eventos en escenarios que podríamos denominar “no convencionales”. Creo que es una forma de invitar a nuestros estudiantes a pensar en estos “escenarios no convencionales” para ampliar, así, la mirada sobre las oportunidades que ofrece el mercado laboral.
Universidad Argentina John F. Kennedy