Los juicios orales se vienen consolidando en los últimos años en nuestra Facultad como uno de los ejercicios formativos más relevantes dentro de la enseñanza del Derecho. Su valor excede el aprendizaje de técnicas de actuación en juicio al permitir comprender cómo funciona el proceso penal en condiciones verosímiles, cómo se construye una teoría del caso y cómo se presenta y produce la prueba que debe decidir sobre la base de razones. Esta interacción vuelve visible la dimensión cívica del Derecho y el rol de la ciudadanía en la administración de justicia.
La práctica desarrollada por el Profesor Luis Milei y sus estudiantes de Derecho Penal Parte Especial sobre una causa originada a partir de una intervención policial permitió a los estudiantes enfrentar un material fáctico complejo, con múltiples niveles de violencia, situaciones de encierro y un cúmulo de pruebas interesantes. El caso recreado se inició con el llamado al 911 efectuado por la denunciante luego de comunicar a su pareja su voluntad de finalizar la relación. La víctima relató haber sufrido un ejercicio sostenido de violencia física, amenazas, privación ilegítima de la libertad y control coercitivo, lo que la llevó a huir hacia la vía pública arrojándose desde una terraza para poder escapar.
El simulacro permitió trabajar con un expediente que incluía declaraciones de vecinos que escucharon el pedido de auxilio en la madrugada; la intervención policial y el informe del Cuerpo Médico Forense que constató lesiones compatibles con el relato. Este conjunto probatorio que fundamentó la elevación a juicio y el procesamiento con prisión preventiva del denunciado ofreció a los estudiantes la oportunidad de analizar el caso desde criterios de valoración probatoria y discutir los elementos típicos de los delitos imputados.
La riqueza pedagógica del ejercicio radica precisamente en esta posibilidad de transitar un caso realista, donde la violencia por razones de género, la privación de libertad y el riesgo vital obligan a pensar la prueba en toda su complejidad. En un juicio oral la claridad narrativa y la solidez argumentativa adquieren fundamental trascendencia.
La experiencia demuestra que estos espacios son sustantivos para la formación profesional, donde teoría y práctica se entrelazan para generar aprendizaje significativo. Al trabajar con casos complejos, los futuros abogados ejercitan técnicas procesales y comprenden la función pública del Derecho, la importancia de la prueba y la responsabilidad profesional que implica litigar frente a la comunidad.
En esta oportunidad, la presencia de una disidencia dentro del tribunal permitió a los estudiantes observar cómo los mismos hechos y pruebas pueden ser valorados de manera diferente y, en consecuencia, conducir a decisiones distintas. Ese contraste pone de relieve la complejidad del razonamiento judicial y contribuye a formar miradas críticas, reflexivas y respetuosas de la pluralidad interpretativa que caracteriza al sistema de justicia.
Felicitamos al Profesor Luis Milei, por su dedicación en la formación práctica de nuestros estudiantes, y a Milagros Natalia Castro, Gabriela Gissel Guzmán Perdomo, Nicolás Maciocha, Alba Marina Michel, Aldana Luján Pocquet y Ludmila Ayelén Riesco por su valiosa participación en el juicio oral, contribuyendo al fortalecimiento de una formación jurídica orientada al ejercicio profesional.
Dra. Paula Sardegna
Decana
Facultad de Ciencias Jurídicas