El pasado 10 de septiembre, la Facultad de Ciencias Jurídicas fue escenario de un evento que celebró la vocación y el compromiso de convertir ideas en propuestas y proyectos en políticas públicas. Más allá de la mera transmisión de conocimientos, la vida académica encuentra su verdadero sentido en el compromiso social y la formación de líderes capaces de generar una transformación tangible.
Nuestro programa: “De la Investigación a la Política Pública” transfiere los resultados de investigaciones científicas y proyectos de estudiantes para que alcen vuelo.
En dicho encuentro se presentó el Protocolo Remy. Se trata de una propuesta de nuestra estudiante Natalia Remy; es resultado de su experiencia laboral, tecnológica y científica.
El protocolo responde a la necesidad de una mirada integral que articule los derechos laborales con el cuidado de la salud física y mental. Es un instrumento normativo que busca garantizar los derechos laborales de trabajadores con diagnóstico de trasplante. La propuesta busca acompañar a los trabajadores en esa difícil etapa, que puede prolongarse durante meses o incluso años, respetando su voluntad de continuar trabajando siempre que su salud lo permita.
Si bien la licencia por largo tratamiento es una herramienta vigente, resulta insuficiente frente a los casos de personas con pronóstico de trasplante. Este protocolo aporta una respuesta innovadora al considerar la posibilidad de que el trabajador mantenga su capacidad laboral pudiendo desempeñar determinadas tareas con los ajustes necesarios y con el aval médico correspondiente que evalúe con perspectiva de trasplante e inclusión.
El protocolo cuenta con un sustento normativo muy sólido: la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ley 26.378), la ley de Trasplante de Órganos, Tejidos y Células (ley 27.447), la ley de Protección Integral de las Personas con Discapacidad (ley 22.431), la ley de Riesgos del Trabajo (ley 24.557), la Ley de Contrato de Trabajo (ley 20744) y el Régimen legal del contrato de teletrabajo (ley 27.555),entre otras.
Fue un placer reunir y presentar voces de la gestión universitaria, de la política pública, de la justicia y de la academia jurídica y médica. Estamos convencidos que el conocimiento académico debe trascender las aulas para transformar realidades y consolidar la equidad y la justicia.
El Rector, Dr. Alejandro Gómez, brindó las palabras de apertura y subrayó la relevancia de estos encuentros académicos que abordan una temática tan trascendente como el teletrabajo, cuyas implicancias impactan de manera directa en las dinámicas laborales y en los desafíos del mundo contemporáneo.
El Dr. Julio Grisolía, Director de la Maestría en Derecho y Tecnología, enfatizó que la pandemia constituyó un hecho disruptivo que demostró, no solo la viabilidad, sino también la importancia del teletrabajo. Explicó que los prejuicios iniciales fueron cediendo con el tiempo y que el modelo anterior ya no resulta sostenible porque se produjo un cambio de paradigma. En este sentido, destacó que la flexibilización del modelo rígido y la coexistencia -entre lo presencial y lo virtual- generan transformaciones tanto en el perfil de los trabajadores y empleadores, como en la propia relación laboral. Elogió la experiencia del teletrabajo en el ámbito judicial y lo describió como una modalidad inclusiva que brinda oportunidades a quienes solo pueden desempeñarse de manera remota, por lo que el protocolo que se presenta tiene un gran potencial.
La Mag. Adriana Bottos, Coordinadora de Investigación de la Facultad, presentó el proyecto elaborado por Natalia Remy. Entre sus objetivos destacó que persigue: asegurar la permanencia en el empleo, adecuar las condiciones laborales a las necesidades médicas, proteger frente a la discriminación y promover el acceso y la continuidad en el trabajo a través del teletrabajo. Subrayó además la importancia de la voluntariedad del trabajador, el aval de la junta médica y del INCUCAI, la confidencialidad y la revisión periódica del instrumento. Su exposición detalló el marco normativo y los distintos pasos del protocolo: comunicación, evaluación, modalidad de trabajo, seguimiento médico, reevaluación, apoyo y contención, licencia especial durante el trasplante y posterior reintegro laboral. Asimismo, el protocolo representa una oportunidad para que los empleadores continúen contando con la experiencia del profesional en cuestión, sin necesidad de capacitar a una nueva persona para su reemplazo. A su vez se destacó que el protocolo es una opción para el trabajador, con lo cual si desea puede hacer uso de su licencia normal y habitual que ofrece la normativa vigente frente a este tipo de situaciones.
El Subsecretario de Trabajo, Dr. Horacio Bueno, reafirmó su interés en el protocolo, subrayando su importancia, tanto desde la perspectiva del derecho laboral, como desde el diseño de políticas públicas. Señaló que, en el marco de su gestión, surgen demandas específicas que merecen especial atención y, sin duda, entre ellas se encuentra la situación de las personas en lista de espera de trasplante que desean y están en condiciones de continuar trabajando. En este contexto enfatizó que “el trabajo nos dignifica y nos define”, por ello la importancia de iniciativas como la que se presenta.
Finalmente, el Dr. Carlos Regazzoni, director del Instituto de Salud Global de la Universidad, resaltó el valor del protocolo desde la perspectiva médica, afirmando que, para los pacientes, “el trabajo es curarse”. Señaló que este protocolo constituye una herramienta muy valiosa en manos de los profesionales de la salud, ya que el trabajo es salud, especialmente para quienes atraviesan enfermedades graves y encuentran, en su actividad laboral, un modo de sostener su bienestar. Reconoció que este instrumento aborda un problema humano esencial y en el que el trabajo adquiere un significado profundo. La posibilidad de seguir activos en el ámbito laboral, incluso a través de la virtualidad, resulta esencial para resguardar la dignidad. Confirmó que la virtualidad viene a resolver una problema de la comunidad y se le debe a los pacientes. Remarcó que la sociedad les debe reciprocidad y recordó que la comunidad se crea cuando cada uno entrega algo auténtico de sí mismo y lo pone al servicio de todos, señalando que éste es un ejemplo.
La presentación del Protocolo Remy nos recuerda que, detrás de cada ley y política pública, hay una historia humana. La presentación de este protocolo es un reflejo del compromiso de nuestra Facultad con la equidad y la dignidad, promoviendo un modelo que, no solo protege los derechos laborales, sino que también reconoce la fortaleza y la resiliencia de quienes atraviesan un momento de gran vulnerabilidad y fue iniciativa de una de nuestras estudiantes.
Fue un honor celebrar este encuentro y contar con la presencia especial de Natalia Remy, autora de esta innovadora propuesta que aborda un vacío legal y se erige como un reconocimiento a la autonomía de cada trabajador.
El Protocolo Remy permite que quienes esperan un trasplante puedan continuar prestando actividad laboral, si así lo desean y su salud lo permite. De esta manera, se reconoce el impacto emocional y social del trabajo ya que, mantenerse activo fortalece la salud emocional, favorece la recuperación y preserva la dignidad.
Si no pudieron asistir o desean revivir el evento, a continuación podrán acceder a la grabación completa:
Dra. Paula Sardegna
Decana
Facultad de Ciencias Jurídicas