La conmemoración del Día Internacional del Trabajador habitualmente conduce al recuerdo de “los mártires de Chicago”, denominación con la que se honra a los caídos en dicha ciudad, a partir del reclamo de la reducción de la jornada laboral a 8 horas, un reclamo que hoy en día se nos presenta, sin lugar a dudas, dentro de la consideración más razonable.
El acortamiento de la jornada laboral no sólo se fundamentaría en el agotamiento físico y mental del trabajador y la posibilidad de un mayor descanso. Su implementación también significaría la canalización del tiempo ocioso a través de la actividad artística y cultural y el acercamiento a la práctica del deporte de las clases medias y populares. Pero, además, derribaría viejos antagonismos, como lo eran ganarse el sustento diario y dedicar a la vez tiempo para la formación académica o la posibilidad de completar los estudios más elementales una vez finalizada la jornada de trabajo.
Es por eso que en esta oportunidad quisiera aprovechar, dado que se trata del año en que la Universidad Argentina John F. Kennedy festeja sus 60 años de vida académica, para referirme a quienes diariamente cumplen su labor conformando nuestra comunidad universitaria, en sus distintas funciones, tanto profesores como académicos, administrativos y personal de servicios generales. Pero de manera especial, quisiera destacar al alumnado que, en un alto porcentaje, complementa sus estudios con su actividad laboral.
Es así como en esos años en que los trabajadores realizaban sus primeros reclamos, muy difícilmente podían conjuntamente emprender una carrera universitaria. Con los años, esto también significó una importante conquista social. Pero esta complementación, a la que periódicamente asistimos en nuestra Universidad, se nos presenta, por sobre aquella, mucho más como una conquista personal. El esfuerzo diario, en tal circunstancia, adquiere un mayor significado, del mismo modo que alcanzar determinado logro o la tan ansiada graduación. Pero no se debe olvidar que, más allá de las metas conquistadas, los mejores recuerdos siempre recaerán sobre la valoración del camino recorrido. A los estudiantes que se esfuerzan diariamente, a quienes con su trabajo los ayudan a completar sus estudios y a toda nuestra Comunidad Universitaria, vayan mis mayores deseos de felicidad en este compromiso diario, que sin dudas colabora, tanto para mejorar la calidad, como la oferta y demanda laboral que nuestro país merece y necesita.
Dr. Horacio Glade
Profesor de Historia
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Universidad Argentina John F. Kennedy
